Valeria, en nuestra cotidianidad hay una serie de dichos, que seguramente has escuchado antes: “¿Si todo el mundo lo hace, yo también lo puedo hacer?”, “La ley es para los de ruana”

Ah sí, también he escuchado, “el que parte y reparte se lleva la mejor parte”, “las cosas no son del dueño sino del que las necesita”, “el vivo vive del bobo” y “a papaya puesta papaya partida”...

Sí, estas expresiones las escuchamos de forma natural y espontánea en varios contextos y las asumimos como expresiones que describen algunas de nuestras acciones.

Sí Daniel, en el colegio pasa mucho. A veces tomamos decisiones expresadas en algunas acciones o actitudes que nos parecen normales, como por ejemplo hacer trampa: si alguien hace copia pues entonces varios de nosotros también, creemos que es normal y que pasa todo el tiempo. De hecho parece que aplaudiéramos cuando expresamos frases como ¡uy muy abeja! O ¡muy de buenas!, indicando aprobación.

¿Sabes que he visto también? Los y las estudiantes que se lanzan al gobierno escolar, regalan dulces, prometen cosas que no pueden hacer y cuando ganan no tiene en cuenta a los estudiantes que los elegimos. Eso me hace sentir mal.

¡Claro! ¿recuerdas que el año pasado la persona que ganó se dedicó a repartir dulces y calcomanías de muñequitos para conseguir votos? También nos equivocamos, votamos por razones equivocadas.

Vale, estas cosas pasan todo el tiempo, nos damos cuenta y yo me pregunto ¿acaso será que nos hemos resignado, y no nos importa? ¿Hasta dónde llega nuestra indiferencia? Así que no es un problema que solo vemos en las noticias, exclusivo de los políticos que llamamos corruptos en nuestro país, es algo que a jóvenes y adultos nos toca

Así es Daniel, es un asunto de compromiso. Muchas veces sentimos temor en comprometernos a hacer algo o preferimos la comodidad de no hacer, de quedarnos quietos, dejando así que actúe la indiferencia. Pero, te imaginas ¿qué pasaría si simplemente actuáramos pensando no sólo en el bien propio sino en el bien común?, y que eso fuera el motor que nos hace tomar cada decisión en la vida social.

Sí, Valeria, por ahí puede ser. Y aunque tenemos que tener en cuenta que cada vez que actuamos nos podemos ver influenciados por cosas que suceden a nuestro alrededor, lo cual nos condiciona cuando tomamos decisiones, siempre tendremos la opción de marcar una posición basada en un sentimiento de solidaridad y que ponga por encima el bien común.

Así es, ya que como vivimos en comunidad, estos elementos y estas condiciones son importantes para la toma de decisiones, pues influyen en los conflictos y acuerdos que construyen nuestra sociedad.

Ahora Vale, me gustaría que exploráramos sobre aquellas formas de pensar y de sentir, sobre aquello que nos mueve o no para actuar y para decidir cuándo y por qué priorizamos intereses individuales sobre los colectivos o viceversa.

A través de dilemas, casos en la política y la vida social nos proponemos indagar sobre las posibilidades de transformar desde la diferencia de pensamiento y forma de sentir, para reflexionar sobre la importancia de ser personas solidarias, transparentes e íntegras.

¡Eso suena muy bien! Entonces, en esta multimedia tendremos la oportunidad de leer, observar, percibir y reflexionar cómo nuestras decisiones pueden afectarnos y afectar a nuestra sociedad.